El que fuera modelo y arquetipo de hombre hecho a sí mismo para erigirse en uno de los grandes brokers de Wall Street, Bernard Madoff, ha acabado entre rejas. Su pretendido “negocio seguro” (en él estaban embarcados grandes bancos, multinacionales y fortunas mundiales) ha resultado ser “la gran mentira”, según su propia confesión. Un fraude, por cierto, que alcanza el volumen de 34.500 millones de euros. Una vez comprobado que esta gallina de los huevos de oro apestaba a podrido, ¿seremos capaces de apreciar que gran parte de la desastrosa situación en que se encuentra la economía se debe a los excesos del “capitalismo salvaje” que la Iglesia católica –entre otras muchas instituciones– ha venido denunciando desde hace años?
En el nº 2.641 de Vida Nueva.