El Gobierno justifica la operación como “autodefensa” ante los ataques de Hamás
(J. C. R.) El Oriente Medio nunca ha sido másinestable”. Así resumía la secretaria general de Cáritas, Claudette Habesh, durante su visita a España la semanapasada, la situación en los territorios palestinos. Nadie lo duda después deque cientos de soldados apoyados por helicópteros, blindados y cazabombarderosentraran en el norte de la franja de Gaza el 28 de febrero, dejando un saldo de120 muertos –entre ellos varios niños– y más de 300 heridos.
Como ha ocurrido enocasiones anteriores, Israel justificó la dura operación militar como respuesta al lanzamiento de cohetes por parte de Hamás contra poblaciones israelíes lindantes con el norte de Gaza. Los milicianos utilizaron proyectiles Katiuska, capaces de alcanzar objetivos a 20 kilómetros. Esta escalada de violencia, que mereció las condenas de Naciones Unidas y de la Unión Europea, fue justificada por el primer ministro israelí como “derecho a la autodefensa” y “lucha contra el terrorismo”.
Israel quisiera ver a Hamás aislado, algo que parece estar muy lejos de conseguir, ya que la desesperación sólo consigue empujar a más jóvenes palestinos a luchar y morir como “mártires”. Una de las pocas voces de moderados es la del grupo israelí B’Teselem, quien protestó por la matanza de niños y civiles inocentes.
Como protesta a la acción israelí, el presidente palestino, Mahood Abbas, suspendió su participación en las negociaciones de paz. La Secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, insiste en que israelíes y palestinos logren un acuerdo antes de que Bush deje la presidencia en enero de 2009, algo que, tal y como están las cosas, parece más difícil de alcanzar que nunca.