(Vida Nueva) Con la que está cayendo en el panorama nacional tras el acto en defensa de la familia cristiana del pasado 30 de diciembre, no faltan voces acreditadas que buscan los caminos para evitar conflictos y disputas entre la Iglesia y el Gobierno. Una de esas voces es la de Javier Elzo, Catedrático Emérito de la Universidad de Deusto, quien, a través de las páginas de la revista Vida Nueva, hace una apuesta por un “laicismo inclusivo” y una “religiosidad respetuosa del no creyente” para evitar confrontaciones. Elzo está convencido de que si, en lugar de en las actitudes ya citadas, se pone el acento en los colectivos y perfiles extremos de ambas posiciones, “la confrontación ideológica está servida, con consecuencias sociopolíticas imprevisibles en una España, de nuevo, fracturada en dos”.
El Catedrático constata el surgimiento en ámbitos próximos al PSOE de colectivos a los que les gustaría que la dimensión religiosa quedara en el ámbito privado, pero también considera que en las declaraciones de algunos obispos se vislumbran “añoranzas de tiempos en los que se pretendía hacer de la moral católica la moral del Estado”.
Sin embargo, el autor está convencido de que esta visión de la realidad no es trasladable a todos los militantes del PSOE, donde existen cristianos, algunos con cargos importantes, que intentan superar esta situación. Tampoco sería aplicable al conjunto de los católicos –algunos próximos a la jerarquía- que, en opinión del sociólogo, “no aceptan esta polarización, y trabajan por establecer puentes desde lo que algunos llaman el ‘sano laicismo’”. También entre los votantes del PP existiría pluralidad en torno a este asunto, considera Javier Elzo.
Más información en el nº 2.597 de Vida Nueva (Enfoques, páginas 34 y 35).