Jorja

José Luis Celada, redactor de Vida Nueva  JOSÉ LUIS CELADA | Redactor de Vida Nueva

Se llamaba Jorja Perea García. Y esta mujer manchega también tuvo que luchar contra sus particulares dragones: la orfandad, el analfabetismo y tantas otras carencias de aquella España de posguerra en la que creció. Sin embargo, de su boca siempre brotaría una confiada invocación: “Lo que Dios quiera”. “Somos suyos”, solía repetir, mientras ponía su vida en manos del Padre cada mañana.

En el campo o en el hogar, aunque doblegada por su maltrecha salud, nunca dejó de sembrar alegría, generosidad y sentido común. Ahora, cuando no han transcurrido ni cinco meses desde su partida, Josemari, su hijo sacerdote, nos regala La fe es sencilla (Narcea), las lecciones que esta “maestra sin escuela” compartió con quienes la conocieron.

Páginas que nacen del dolor por la pérdida de una madre, pero, sobre todo, del agradecimiento por ese testimonio creyente que trazó calladamente el camino a seguir. Así fue la fe de Jorja: más fácil de entender que los argumentos de muchos teólogos y menos solemne de lo que quisieran ciertos liturgistas. Aquí tenemos el testamento de su mejor herencia. ¡Cuántos libros pudieran decir lo mismo de sus autores!

En el nº 2.970 de Vida Nueva

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