Juegos ‘online’, no ‘on violence’

Jesús Sánchez Camacho, periodistaJESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Periodista

Dice un proverbio chino que una imagen vale más que mil palabras. Y, a pesar de las estampas violentas que vemos diariamente en los informativos, redes sociales, series y cine, no hemos aprendido la lección. Parece que, por el contrario, la violencia virtual engendra violencia real. Y cada vez que vemos en la pantalla violencia de género, peleas callejeras, agresiones en los estadios, acosos, robos, extorsiones o insultos al volante, somos más insensibles e indiferentes en la vida real.

Ante la inminente llegada de la Navidad, María Luisa Bouvard, relaciones públicas y secretaria de la Redacción, narraba la experiencia de pasear por la exposición de un almacén de juguetes el 24 de diciembre de 1966 (VN, nº 554). Aunque quien le atendió le recordaba que había disminuido la venta de juguetes bélicos, ella lo ponía en entredicho al observar el complemento novedoso que incluía el coche de James Bond: en las maletas del agente secreto se escondía un verdadero arsenal.

Ese tipo de juguetes simbólicos, en absoluto siempre violentos, han sido sustituidos por las videoconsolas, tabletas y smartphones. Ofrecen más posibilidades que los juegos tradicionales, pero, sin control parental, representan una amenaza para la construcción moral de la personalidad del niño y del adolescente. Y los juegos no deben representar amenaza alguna, sino avivar el entretenimiento, la cultura y la creatividad.

Publicado en el número 3.017 de Vida Nueva. Ver sumario

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