La ciencia se basa en refutar

Juan María Laboa(Juan María Laboa– Profesor emérito de la Universidad Pontificia Comillas)

“He lamentado siempre la violencia de los cristianos a lo largo de la historia, pero nunca la tomaría como norma, tal como lo trata Amenábar (…) Si narra un caso puntual, está en su derecho, pero si busca cargarlo en las espaldas de la religión, resulta inaceptable”

Al presentar su nueva película, Amenábar ha concedido muchas entrevistas y ha sido locuaz. El joven parece tener aspiraciones y ha filosofado con bastante autoridad. El tema de las causas de la violencia en nuestra historia sigue provocando expectación. Nos interesa a todos afrontarlas, con rigor, honradez y humildad.

“Lo que le viene pasando a nuestra civilización desde hace dos mil años es que ha dado enorme importancia a la palabra cuando lleva mucho tiempo escrita. Parece convertirse en verdad absoluta, y la ciencia se basa en refutar. Sabemos que todo avanza porque cuestionamos lo anterior”, dice.

Bien, cuestionemos la película, cuestionemos al director. Avancemos. ¿Sufrimos violencia desde hace dos mil años o desde los inicios de la historia? El asesinato de Hipatia, ¿es tan paradigmático
o es sólo un ejemplo más de la dificultad crónica de admitir a los diversos, a las minorías, a los débiles? ¿Quiénes y por qué odiaron a los cristianos pocos decenios antes? ¿Por qué desaparecieron los cristianos de la España morisca, del Norte africano? ¿Qué sucedió ayer en Rusia o El Salvador, hoy en Darfur o en Bangladesh?

He lamentado siempre la violencia de los cristianos a lo largo de la historia, pero nunca la tomaría como norma, tal como lo trata Amenábar: “Toda la fuerza [de la película] está en la intransigencia de las religiones con el cristianismo al frente”. Si narra un caso puntual, está en su derecho, pero si busca cargarlo en las espaldas de la religión, resulta inaceptable. El principio cainita está tan adecuadamente repartido que no aceptarlo es pura demagogia. Actitud poco seria, sobre todo, en uno que alardea de refutar verdades absolutas y cuestionar al maestro. Aunque se declare ateo, no queda sin raíces, busque en su historia.

En el nº 2.679 de Vida Nueva.

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