Las religiones, por la paz

(Elena Baeza– Málaga) Ante los acontecimientos que vienen sucediendo a diario con el comportamiento de nuestros jóvenes, hay que hacer un examen a fondo y darnos cuenta de que la educación es una tarea muy compleja. La misión principal es la formación integral de la persona. A niños y jóvenes hay que darles la posibilidad de desarrollar las propias dotes físicas, morales, intelectuales y espirituales. Es cierto que somos los padres los primeros responsables de su educación y formación, pero se necesita la ayuda subsidiaria de la sociedad civil y de otras instituciones, sobre todo de la escuela.

No en vano, la Constitución Española defiende y consagra el hecho religioso como algo positivo para la sociedad, como algo que debería ser defendido activamente por Gobierno e instituciones públicas, y bajo ningún concepto ser sujeto de amenazas. Amenazas “como las que se han podido ver por parte de aquéllos que tienen encomendada su defensa”, ha denunciado Marcial Cuquerella, presidente del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia.

“Las religiones en el mundo trabajan por la paz”, acaba de decir el cardenal Sistach con motivo del Encuentro Internacional por la Paz 2010, que se celebrará en Barcelona. Recordemos que el primer Encuentro fue promovido por Juan Pablo II en 1986, convocando a grandes líderes de las Iglesias para pedir el don de la paz. Por eso, la religión tiene y debe estar presente en todo el mundo creado por Dios. No en vano, el cristianismo nos ayuda a comprender el significado último de la ciencia y de la cultura; toda vez que Jesucristo, “luz del mundo”, nos desvela la plenitud del ser humano.

En el nº 2.675 de Vida Nueva.

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