SUSO DO MADRID (A CORUÑA) | Carlos Osoro ha calificado de bienaventurados a los que se dedican a servir en el mundo de la política, trabajando por el bien común. También ha recordado que la Iglesia es una comunidad de confesión y la sociedad una comunidad de convivencia, teniendo en común la preocupación por la persona.
Se ha referido al momento de emergencia educativa que atravesamos, en el que se necesitan certezas sólidas sobre las que construir la vida. Tampoco ha olvidado a quienes tienen entrañas de misericordia: la Iglesia sale al encuentro del otro desde su realidad concreta. Y, citando a Ortega y Gasset, ha recordado que la libertad y la convivencia necesitan de la apertura religiosa: la cuestión de Dios forma parte de nuestra convivencia civil y sería desastroso pretender extirparla. Son pensamientos útiles para los que estamos comprometidos con la sociedad.
En el nº 2.936 de Vida Nueva
Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com