(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)
Nueva polémica sobre el cambio de nombre de calles y colegios. La Historia como dardo, puñal de la memoria, fusil del recuerdo. Conozco un personaje importante de la vida cultural española que se niega a que su nombre rotule una calle de su pueblo natal. No quiere acabar en el almacén municipal cuando decidan quitarlo del nomenclátor callejero. Hay en esto de la memoria histórica, además de mucha estulticia, no poco deseo de notoriedad. En la mítica ciudad de Bailén, tierra de barro y batallas, han pedido que se le quite el nombre de “19 de Julio” a un colegio que lo lleva en recuerdo de aquellos días en que María Bellido daba agua fresca al pueblo que, a las órdenes de Castaños, luchaba contra Dupont. Insistimos en falsear la derrota como hacen los franceses en el Arco del Triunfo de París, en donde aparece como victoria de sus huestes. Los responsables de la Asociación para la Memoria Histórica, que al parecer han pedido perdón por haber faltado ese día a clase, creían que la fecha que da nombre al colegio estaba relacionada con la asonada militar de julio de 1936. En el mismo escrito dicen que desaparezca el nombre de Pedro Poveda que está en varios colegios y alguna que otra calle. Y eso pese a que el colegio es propiedad de la Institución Teresiana. Siempre se dijo que la ignorancia es muy atrevida. Memoria selectiva es la que lleva al olvido de todo cuanto Pedro Poveda hizo en favor de las clases más pobres de una sociedad cainita. ¡Simplemente de pena! Hace falta leer más y gritar menos. Más lectura y menos manifiestos. Cuando se cruza la incultura con la proclama y la amnesia, la mañana se tiñe de gris y aparecen los nubarrones.
Publicado en el nº 2.611 de Vida Nueva (Del 3 al 9 de mayo de 2008).