JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Hace falta cambiar el lenguaje en la Iglesia, no el contenido del mensaje. Que los jóvenes no nos entienden, es evidente. Atados a categorías cartesianas, apegados al discurso de la razón, olvidamos otros paradigmas de la actual cultura. Hablamos sobre aspectos que a ellos ni les van ni les vienen; les suena a lenguaje arcaico, obsoleto y rancio, troglodita. Necesitan conocer más a Jesús y encontrase con Él desde una experiencia profunda, sin aditamentos semánticos del discurso teológico.
He leído cartas de muchos prelados con motivo de la JMJ ¡Qué pocos hablan de Jesucristo! Se limitan a radiografías espeluznantes sobre los jóvenes a los que tildan poco menos que de delincuentes con lenguaje apocalíptico, catastrófico, denigrante a veces.
El lenguaje de la Iglesia ha de cambiar siguiendo un paradigma excelso: Jesucristo, Palabra Viva. Desde ahí engancharán mucho mejor. Andamos muy empeñados en mirar el dedo que señala la luna y hay quienes se quedan bobaliconamente mirando el dedo.
¡Hay que cambiar el chip! ¡Hablemos de Jesucristo! Será mucho más eficaz y, sobre todo, más fiel al reto evangelizador.
- La crónica del director: ¡Mírala, viendo pasar el tiempo!, por Juan Rubio
En el nº 2.764 de Vida Nueva.
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