JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Y en México la Iglesia no se reduce a Guadalupe, ni a las guerras religiosas que no deberíamos sacar de contexto, ni a la religiosidad popular. El país es muy grande y la Iglesia muy rica y variada.
Vive y vibra en el apoyo a los emigrantes, aumentando su presencia con las comunidades hispanas de los Estados Unidos. Vive y vibra en el sur, siguiendo la estela de Samuel Ruiz, en Chiapas, en San Cristóbal de las Casas, mirando a Centroamérica, con problemas vitales de pobreza engrandecida.
Una Iglesia a la que le preocupa más dar pan anunciando el Evangelio que reivindicar la libertad religiosa. Una Iglesia con prioridades más elementales. Y una Iglesia que en la capital, en DF, sigue comprometida por la justicia y la paz en su lucha contra el narcotráfico y la violencia.
Una Iglesia que sabe recibir las reliquias de Juan Pablo II y no deja de buscar los cuerpos de los desaparecidos por la violencia.
Se abre un nuevo perfil en el Episcopado, con un nuncio que ha sabido entender la realidad y con una geografía episcopal, liderada por Carlos Aguiar, que va más allá de estereotipos y que dirigirá aquella Iglesia en los próximos años. Una Iglesia rica.
- La crónica del director: ¿México contra Dios? Cae una vieja falacia, por Juan Rubio
En el nº 2.792 de Vida Nueva.
