Misterio y trampas en Sol

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | La Puerta del Sol de Madrid se estrenó con las noticias que llegaban del levantamiento comunero en Castilla. Allí acudieron quienes protestaban contra Esquilache, que les quería recortar y arrebatar sus capas. El heroísmo del Dos de Mayo y el triunfo de La Gloriosa dejaron caer aquí su entusiasmo.

En esta Plaza se recibió a la II República, que se abría paso tras unas municipales que cambiaron el sistema. En Sol, Madrid lloró tras el atentado del 11-M. Sol es un símbolo. Ahora es también un misterio, porque es difícil sentenciar sobre él, por su complejidad. Jóvenes molestos, viejos nostálgicos, turistas curiosos, políticos aprovechados. Sol empezó como ilusión de camisas blancas con felicidad e indignación contagiosas.

No se puede pasar página, como tampoco dogmatizar sobre ese misterio. Es un capítulo que merece ser leído por todos.

Pero Sol es también una trampa. Hay quienes se mofan de él, negándole importancia. Y hay quienes buscan seguir abusando de los jóvenes allí reunidos, llevándolos a un “Paraíso perdido” en el que no creen ni ellos. Hay que mirar a Sol, pero hay que evitar que la blanca luz no impida, con su fogonazo, cegar una mirada serena.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.755 de Vida Nueva.

ESPECIAL MOVIMIENTO 15-M

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