GERMÁN ARCONADA (MISIONERO EN ÁFRICA) | He leído lo que dice sor Rita Mboshu sobre la Vida Religiosa africana (VN, nº 2.944). Entre lo que dice y su manera de vestir, con la foto que ilustra la entrevista, hay una contradicción.
Tiene un vestido muy conocido en el Congo, con la imagen de la beata Anuarita-Clementina Nengapeta. Es un religiosa muy venerada en África, puesto que murió asesinada por un coronel que pretendía abusar de ella y, como no pudo, la asesinó. Merece la pena leer el martirio de esta religiosa.
Soy misionero y he vivido más de medio siglo en África. Lo que dice sor Rita Mboshu no es mi experiencia, ni mucho menos. Si las religiosas africanas conocieran este testimonio se sentirían profundamente heridas y humilladas. Conservar la virginidad no es una cuestión de dinero o riquezas. Es la respuesta al amor de Dios, que supo entregar totalmente su vida muriendo por amor a nosotros en una cruz. La traición a la virginidad prometida no tiene su origen en la pobreza, sino en dejarse atraer por la mundanidad, marginalizando el amor de Dios.
Todos sabemos que en el grupo de los doce apóstoles hubo un Judas. El papa Francisco comparó a los religiosos con los aviones. Solo es noticia el avión que cae al suelo. La Iglesia de África, y no solo la de África, se siente orgullosa de tantos religiosos y religiosas que viven con generosidad su consagración.
En el nº 2.948 de Vida Nueva
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