No temáis

(José María Avendaño PereaVicario General de la diócesis de Getafe ) Es amigo mío y, de un tiempo a esta parte, en su mirada se vislumbra que tiene miedo. El miedo le va arrebatando la paz. Evita que hablemos de lo que está pasando. Me duele su situación.

 

Estamos en Cuaresma, tiempo de oración, ayuno y limosna, tiempo  que el Señor nos regala la oportunidad  de prepararnos para la Pascua, y no quiero dejar que pase este gran regalo de Dios en Jesucristo, quien “siendo rico, por nosotros se hizo pobre”, con el hecho concreto de ayudar a mi amigo ante la situación difícil que vive, según él, “caminando por cañadas oscuras”.

 

Mientras me devanaba estos pensamientos, hace unos días, a las once de la noche y viajando en un transporte público, me hallé envuelto en una circunstancia generadora de miedo. Entró un grupo de jóvenes gritando, dando puñetazos al mobiliario; después echaron un gas lacrimógeno hasta tal punto que cundió el nerviosismo, nos faltaba el aire. Un verdadero caos. Sentimos miedo.

Al mismo tiempo, en estos días, unas familias me han hecho llegar la preocupación por sus hijos y el problema de las drogas. Observan que conviven con adolescentes y jóvenes donde el consumo de alcohol, ‘porros’, cocaína y otras sustancias es una realidad cercana y la temen. El familiar de un amigo es toxicómano y, por ahora, se opone a un tratamiento.

Escucho la Palabra de Dios: “En el mundo tendréis tribulación, pero tened buen ánimo: yo he vencido al mundo”, y le doy gracias por los proyectos de Cáritas donde atienden y liberan a jóvenes atrapados en redes de muerte, y dan esperanza a sus familias; por el Proyecto Hombre, por los Centros de Atención Integral al Drogodependiente…, expresiones concretas de la caridad que nos quitan los miedos. El cristianismo crea humanidad.

Compartir