Una nueva tragedia vuelve a traer a primera plana de los medios el a menudo olvidado drama de la inmigración. Al menos 500 personas podrían haber muerto en la noche del 30 de marzo, al hundirse frente a las costas de Trípoli (Libia) las embarcaciones en las que viajaban rumbo a Italia. Los dos cayucos llevaban 253 y 342 inmigrantes a bordo y naufragaron a poca distancia de la capital libia. Las autoridades de la ciudad aseguraron (al cierre de esta edición) que habían recuperado 21 cadáveres, mientras que sólo 23 personas han sido encontradas con vida hasta el momento. Un tercer cayuco que viajaba con ellos también sufrió dificultades, pero gracias al auxilio de un barco italiano se salvaron los 350 ocupantes.
En el nº 2.655 de Vida Nueva.