Algo esperanzador

PILAR SÁNCHEZ DE LA FUENTE. MÁLAGA | De un tiempo a esta parte, se va notando que, poco a poco, dentro de la sociedad mundial van levantándose voces que defienden los valores humanos que se han ido

TE INVITO…, por Juan Rubio

… y me invito a pensar, a orar, y a colaborar. Hay razones. Japón, Libia, Haití, Costa de Marfil… son ejemplos. El hambre, las drogas, el analfabetismo, la desigualdad, el maltrato, el paro, la

Comunión y Adoración

PABLO d’ORS | Sacerdote y escritor
“‘¡Mediante la adoración del Santísimo celebro, es decir, recreo, la situación espiritual de alejamiento de Dios por parte del hombre contemporáneo. Se

“… según el color…”

CIRIACO BENAVENTE MATEOS | Obispo de Albacete
“…Todo vale; lo que hoy es blanco, mañana puede ser negro, si cambian los intereses. Se puede pasar así, quedándose tan fresco, de la defensa de

Nuevos timoneles

JOSÉ IGNACIO LÓPEZ | Periodista del diario La Nación de Buenos Aires
“El desarrollo del reciente encuentro de los secretarios generales de todas las conferencias episcopales de América Latina y el

Intolerancia

JOSÉ Mª RODRÍGUEZ OLAIZOLA | Sociólogo jesuita
“Tengo ganas de gritar contra la intolerancia faltona que parece cebarse a menudo con los católicos. Contra esa manera de querer imponer las propias

Caridad financiera, también

CARLOS AMIGO VALLEJO | Cardenal arzobispo emérito de Sevilla
“¡Cuánto necesitamos de esta caridad! De la que busca los recursos, que promueve la producción, que aplica con justicia los beneficios,

No temáis al diverso

JUAN MARÍA LABOA | Profesor emérito de la Universidad Pontificia Comillas
“Muchos no pertenecen a una religión, pero desean un mundo nuevo y más libre, más justo y más solidario, más pacífico y

La Carta Ecuménica, diez años después

PEDRO LANGA AGUILAR, O.S.A., teólogo y ecumenista | Mucha sembradura y poca cosecha en la “hoja de ruta de todo cristiano”. Lo que hace falta saber es si la Carta Ecuménica, firmada diez años atrás en

Aniquilar la presencia cristiana

SUSO DO MADRID. A CORUÑA | El despertar social de los pueblos del norte de África no puede obviar una de las realidades más dramáticamente elocuentes de nuestra historia: la persecución contra los