Entre los desafíos de la Iglesia más escuchados en los últimos años está la defensa del medio ambiente, lo que Benedicto XVI ha denominado promoción de una “cultura verde”. En ese empeño, el día 26 se inauguraba la nueva instalación fotovoltaica del techo del Aula Pablo VI, en el Vaticano. Esto es: 2.400 módulos que, sustituyendo los paneles de hormigón, protegen el edificio de la radiación y convierten la energía solar en electricidad; se calcula que antes del año 2020 proporcionarán al menos el 20% de la energía que consume el Estado. Además, producirá una alteración visual “mínima” en el entorno. Saludamos ésta y otras iniciativas “concretas y tangibles” que están por venir, porque no hay nada como dar ejemplo.
En el nº 2.638 de Vida Nueva.
