QUEDA LA PALABRA, por Juan Rubio

Quizá la Iglesia no cierre filas en latines y morales, pero no hay que confundir gimnasia con magnesia. Su pluralismo es más rico que la férrea disciplina de partido. El aborto llegó con malestar y protestamos abriendo redes-madre. Ante la empecinada reforma Zapatero-Bibiana sólo queda la palabra. Prestaré mi voz a quienes esta reforma segará su débil voz.

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