Signos de contradicción

Alejandro Fernández Barrajón(Alejandro Fernández Barrajón– Presidente de CONFER)

“En todos los ámbitos donde los consagrados actúan se genera aprecio y rechazo. Eso indica que saben interpelar a la realidad y que no quieren mantenerse ajenos al latir de la calle”

Recientemente, con motivo de la presentación de la obra social de los religiosos en Cataluña, Joan Estruch, profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, afirmó: “Si hay globalmente un colectivo del cual se puede afirmar que se tomó seriamente el Concilio Vaticano II, este colectivo es el de los religiosos”.

En estos tiempos de cuestionamientos permanentes, donde se pone en tela de juicio, en algunos ambientes, el gran don que fue el Concilio Vaticano II, donde se cuestiona a los religiosos por ser demasiado avanzados y “progres”, no podemos menos que seguir apostando, con más intensidad aún, por la renovación necesaria que nos pedía el Concilio. Ni un paso atrás.

La vida consagrada es hoy signo de contradicción y, probablemente, lo será siempre. Para unos por su desnorte, para otros por su profetismo. El obispo de Tarazona nos ofreció el pasado mes de febrero una carta pastoral a los consagrados con tintes oscuros y cuestionantes. Recientemente, los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria han salido al paso diciendo a los consagrados: “Necesitáis y merecéis nuestro aprecio, nuestro apoyo cordial mucho más que nuestras observaciones críticas”.

En todos los ámbitos donde los consagrados actúan se genera aprecio y rechazo. Eso indica que saben interpelar a la realidad y que no quieren mantenerse ajenos al latir de la calle. 

Los consagrados, allí donde están, no buscan el aplauso fácil ni el rechazo manifiesto. Pretenden, desde sus carismas, actuar para transformar la realidad y empujar el Reino de Dios. Y esto significa tomar partido. Lo peor que podía sucederle a la vida consagrada es que se adentrara en el valle monótono de la tibieza. 

afernandez@vidanueva.es 

En el nº 2.653 de Vida Nueva.

Compartir