Tres tareas de mujer

Tres tareas de mujer

Antonio-Gil(Antonio Gil Moreno)

“Recuerdo con frecuencia unas hermosas palabras de Pablo VI (…) ‘Vosotras tenéis siempre como misión: la guarda del hogar; el amor a las fuentes de la vida; el sentido de la cuna’”

Recuerdo con frecuencia unas hermosas palabras de Pablo VI, pronunciadas en la clausura del Concilio Vaticano II, encumbrando hermosamente la misión y la tarea de la mujer. Se refería a tres de sus espléndidos quehaceres, que mantendrán una palpitante actualidad. “Vosotras tenéis siempre como misión: la guarda del hogar; el amor a las fuentes de la vida; el sentido de la cuna”.

Primero, “la guarda del hogar”, porque alguien tendrá que velar especialmente por la casa, pendiente de sus necesidades, atenta a las dificultades que surjan, con una solución a punto en los momentos más inesperados.

Segundo, “el amor a las fuentes de la vida”, ahora que quiere imponerse la “cultura de la muerte”, para defender el esplendor de la existencia humana, para protegerla, para liberarla de los ataques más encarnizados.

Tercero, “el sentido de la cuna”, o lo que es lo mismo, el abrazo y el beso, el cuidado y la ternura. El abrazo que circunda, abriendo nuestro espacio a los demás. El beso como expresión de un amor que erotiza el alma y hace místico el cuerpo. El cuidado amoroso de todos, principalmente de los más débiles.

Tres hermosas tareas que la mujer enciende como antorchas en medio de la noche para disipar tinieblas y alumbrar amaneceres.

agil@vidanueva.es

En el nº 2.679 de Vida Nueva.

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