El presidente estadounidense, Barack Obama, ha ordenado el levantamiento de las restricciones para los viajes de familiares cubanos y para el envío de remesas de dinero a la isla, una medida que ha recibido el aplauso generalizado de la comunidad internacional, incluido Fidel Castro. El ex mandatario cubano, sin embargo, ha advertido que “Cuba no necesita limosnas”, lamentando que la decisión del hombre más poderoso del planeta no suponga también el cese del embargo que pesa sobre su país. Más allá de peligrosas dignidades mal entendidas, sería deseable que este puente, que regulariza las comunicaciones y augura futuras transacciones comerciales, abra sobre todo una ventana de esperanza al sufrido pueblo cubano.
En el nº 2.656 de Vida Nueva.