JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco
“La historia de Vida Nueva es bastante larga como para registrar un serio esfuerzo de aggiornamento: cambio de periodicidad y título, cambio de formato, intentos honestos por mejorar calidad e información, etc.”. Así presentaba José María Pérez Lozano, su director, las transformaciones de la revista en sus ocho años de existencia.
El 4 de diciembre de 1965, en el nº 496, Vida Nueva se renueva: “El nuevo formato, algo mayor que el actual, será de 28 por 40. Y la impresión en offset, sistema similar al huecograbado”.
En esta etapa, Vida Nueva se plantea más contenidos informativos, nuevas secciones relacionadas con la Iglesia en el mundo y la cultura; promover la aplicación del Vaticano II, más acento social, estampar un aspecto más popular y llegar a más lectores.
Cincuenta años después, Vida Nueva luce un traje nuevo. Deseamos que el nuevo empaque refleje con más nitidez el alma de una publicación de cristianos que, dicho por Pérez Lozano en el nº 1, quieren “vivir la hora actual de la Iglesia y poner sus relojes con la actualidad permanente de esa Iglesia. No somos, como veis, una revista pía. Os traemos una honrada preocupación social a cuya luz examinamos juntos los problemas de nuestro tiempo”.
En el nº 2.967 de Vida Nueva