(María Victoria Camino Morales– Valladolid) El Parlamento español se prepara para aprobar una nueva ley de aborto que lo garantice como si fuera un derecho de la madre. ¿Nos extrañaría que otro paso pudiera ser considerarlo como un derecho del Estado, como en China? ¿Sobramos? Al contrario; pero aunque así fuera, ¿quién tiene derecho a disponer de la vida de otro? ¿Quién a legislar contra la vida legislando a favor del aborto? Aborto libre hasta las 14 e incluso 20 semanas de gestación, equivaldría a la avanzadilla en España del terrorismo contra el “nasciturus” o nonato, el ser humano más indefenso.
En el libro Watch Me Grown, del profesor Stuart Campbell, pueden verse bebés de 12 semanas “saltando por el útero como un trampolín” y abriendo los ojos a las 18 semanas. Como dice el médico Joaquín Díaz “se debe saber que al finalizar las primeras doce semanas de gestación el ser humano ha completado la fase formación de todos sus órganos. Las veintiocho semanas restantes para culminar la gestación se dedican a la maduración y crecimiento de estos órganos. Nunca se asistió en la historia de la Humanidad a la promulgación de una ley tan injusta e inhumana que conculca de forma tan manifiesta el derecho humano más sagrado como es el derecho a la vida”. Pido a las Mesas rectoras del Congreso y el Senado sendos plenos extraordinarios sobre el aborto, con la comparecencia de científicos y, sobre todo, con la transparencia y la publicidad que no han existido para la Subcomisión parlamentaria. ¿Por qué el Ministerio de Igualdad no se atreve a hacer un referéndum? ¿Teme la ministra Aído que ocurra como en Irlanda, en donde el pueblo rechazó el aborto?
En el nº 2.657 de Vida Nueva.