Las dificultades para la entrada de ayuda humanitaria hacen más crítica la situación
(Victoria Lara) Decenas de miles de personas –unas 22.500, según cifras oficiales, al cierre de este número– han fallecido en Myanmar (antigua Birmania) como consecuencia del ciclón que azotó el país el pasado 4 de mayo. El tifón Nargis ha dejado, además, un balance de más de 40.000 desaparecidos y cientos de miles de personas sin hogar. La catástrofe es la peor vivida en Asia desde el tsunami que arrasó varios países del sureste asiático en diciembre de 2004.
Nargis se cebó especialmente en la zona arrocera del delta del Irrawaddy. Los alimentos y el agua ya han empezado a escasear, lo que ha hecho que los precios de los artículos básicos se hayan disparado y las epidemias podrían emerger en cualquier momento.
La situación en el país es tal que el régimen, uno de los más cerrados del mundo, ha aceptado la ayuda internacional, aunque la Junta Militar dificultó bastante las operaciones desde un primer momento. El miércoles 7 de mayo, las autoridades birmanas dieron luz verde a un avión con material de ayuda humanitaria y miembros de un equipo de la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). Naciones Unidas había advertido de que el número de muertes podría multiplicarse si Birmania no abría el país a una operación masiva de ayuda. La red internacional de Cáritas ha declarado también el estado de alerta para auxiliar a los damnificados de Myanmar con la puesta en marcha de un dispositivo urgente, en el que colaboran sus 162 miembros nacionales y el personal que ya se encuentra en la región.
La ONU cree que el elevado número de muertos se ha debido en parte a la ausencia de un sistema de alerta para evacuar a la población. Por otro lado, comienzan las críticas de la población al régimen militar, pues creen que “ha perdido una oportunidad de oro para ganarse el corazón de la gente al no enviar a los soldados en cuanto cesó la tormenta”, ha declarado un funcionario a una agencia de noticias.
El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, ha escrito un telegrama en nombre del Santo Padre al arzobispo Paul Zinghtung Grawng, de Mandalay, presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Myanmar, en el que manifiesta que el Papa se encuentra “profundamente apenado por las trágicas consecuencias del reciente ciclón”, al tiempo que “expresa su más vivo pésame” y anuncia que rezará por las víctimas y sus familias.
CUENTAS DE CÁRITAS PARA COLABORAR CON LOS DAMNIFICADOS DE MYANMAR
BANCO CÓDIGO DE CUENTA
SANTANDER 0049-1892-61-2410527974
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POPULAR 0075-0001-85-0606871010
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