La celebración tendrá lugar en el III Domingo del Tiempo Ordinario y responde tanto a las peticiones de los fieles como al deseo de Francisco, manifestado tras el Jubileo de la Misericordia
El Pontífice invita a los sacerdotes y obispos a que preparen bien las homilías y a que no se alarguen de manera “desmedida” ni resulten “pedantes” o toquen “temas extraños”