Hechos de violencia de diversa índole se suceden a diario en distintos espacios de nuestra sociedad, dándonos cuenta de que en diversas realidades han germinado “semillas de guerra” que nos hacen daño y nos destruyen.
No Brasil as guerras ideológicas internas evidenciam raros espaços de recente florescimento da democracia, o cume do retrocesso econômico e social e a crise ética da defesa da vida humana e da Terra.
La guerra es una de las situaciones mas terribles que la humanidad haya conocido (y producido). En su nombre se llevan a cabo y se pretende justificar los mas terribles excesos y actos de lesa humanidad.
La persecución de la Iglesia es una etapa más de esta secuencia de acciones represivas, orquestadas por el gobierno nicaragüense. Hemos visto ataques contra grupos de oposición política y líderes sociales.
¿Dónde está el fruto posible, el bien posible que puedo hacer yo en esta crisis? ¿A dónde me llama Dios a construir paz hoy desde la realidad en la que estoy?
La guerra siempre ha sido destino habitual de la humanidad. Durante casi toda la historia, los seres humanos hemos estado heridos por el conflicto violento, por la imposición de “nosotros” sobre “ellos” — o viceversa, según el lado que nos toque.
En un mundo guiado por la innovación, puede ser que la historia nos pueda enseñar un camino que, manteniendo el mismo espíritu de nuestros antepasados, podamos alcanzar la paz, implementando medios nuevos y efectivos.
La dramática dinámica de la autonomía humana puede llevar el hombre a un abismo interminable de búsqueda, a partir de una dictadura del consumo, de la necesidad de estatus social, de disputa, de la “belleza” y del poder.
Nesse caminho desafiador e, muitas vezes, tortuoso e difícil, o jovem tem uma bússola para nortear seus passos: a Fé. Ela consiste em uma relação de confiança com Deus, com o coração e com a inteligência, com todas as forças emocionais.