"No somos cristianos por la noche del huerto, ni por el prendimiento, ni por los azotes, ni por el despojo, ni por la piedad o soledad de María, ni por la corona de espinas, los clavos o la cruz… todo eso está de paso. Somos cristianos por la resurrección de Cristo, como el primero en vencer a la muerte y nosotros en él. El resto, si no es preparación para lo fundamental, roza el espectáculo".