"¡Adiós hermanas! Los que iban a encontraros en vuestro locutorio pidiendo un consejo o manifestando un desahogo, los que en la soledad de vuestro templo oían vuestras toses ocultas y se sentían acompañados como en un trocito de cielo, los que os han dado una limosna porque sabían que acabarían en mejores manos, los que estábamos seguros de que rezabais por nosotros… todos, os echaremos de menos"