“Nos escuchábamos y nos preguntábamos. No había intención de réplica, ni de juicio. Y la cadencia de las palabras nos daban paz. En esta sociedad, me decía, etiquetamos, separamos y odiamos. Los porqués se me anclaban en el corazón”.
“La casa se llama ‘Hogar Marta y María’. Hermoso nombre para un lugar de acogida de mujeres. En medio del que acoge siempre está Jesús. Y una casa deshabitada y abandonada en el tiempo ha pasado a ser icono de las personas que la van a habitar. De la oscuridad a la luz”.
“Las páginas centrales de un periódico deberían estar divididas en cuatro partes: en el centro, arriba, la foto de la noticia; bajo ella, la explicación del hecho en sí; y en los laterales, dos columnas con dos miradas o reflexiones complementarias de la noticia. Es la única manera de discernir”.
“Cuando siento un gozo profundo, por encima de cualquier otro tipo de satisfacción o realización personal, es que seguramente he respondido a la llamada que el Señor me ha hecho. Y no lo dudes: siempre hay una vocación hecha para ti, a tu medida”.
“Tenemos deficiencia visual y ceguera, algún tipo de paraplejia, bastante discapacidad sensorial e insuficiencia intelectual. No nos libramos ni uno. Nuestro corazón ha perdido sensibilidad, abotagado por los mensajes de egoísmo (personal y colectivo) que nos impiden crecer y mirar el mundo con los ojos de Dios”.
"Hay cronistas del mal agüero. No construyen, son reaccionarios impulsivos, cuando en la mayoría de ellos sus vidas no responden a la pureza ideológica que manifiestan"
Marsella, puerta del Mediterráneo y de civilizaciones, mosaico de pueblos y hogar de migrantes, estaba singularmente radiante. “Yo soy también hijo de migrantes –comenzó diciendo el cardenal Jean-Marc …
“Parece que fue ayer cuando salí de la parroquia de San Lázaro, en Palencia. Lo viví como un desgarro del corazón pues me costó separarme de la sagrada rutina y de las familias que la conformaban. Siempre es así, comienza un tiempo nuevo”.