He aquí un viacrucis para rezar desde nuestras ventanas, físicas o virtuales, por las que vemos pasar al Cristo sufriente entre tronos de ambulancias y saetas de sirenas que acompañan a vecinos o familiares. Este año nos toca vivir procesiones de patio interior, cruces con las calles desiertas y sepulcros con sábanas limpias de hospital