“Uno de los cambios que conlleva la implantación de la sinodalidad como modelo de Iglesia, es el de la propia teología. La que hemos hecho hasta ahora no vale en su totalidad, ni podrá aportar casi nada a una Iglesia sinodal, pero, hay que tener presente que la sinodalidad requiere la fineza y precisión del mecanismo de un reloj que no funcione con pilas; es necesario sincronizar los movimientos de sus finas ruedecillas con delicadeza; darle cuerda sin pasarnos para no bloquear el mecanismo… Pura artesanía”