"El domingo comenzó el tiempo de adviento. Coincidía con los resultados de unas elecciones con escasa participación en los que una nueva fuerza, con un discurso algo preocupante, irrumpía en el parlamento andaluz. El mensaje de los cristianos es muy potente, no hay en esta sociedad un mayor manifiesto: contra el odio, la acogida; contra el individualismo, la fraternidad; contra la indiferencia, nuestra cercanía al que sufre, y contra el miedo, la esperanza".