Este año se ha cumplido el 50º aniversario de la proclamación de Teresa de Jesús como doctora de la Iglesia, un acontecimiento sin precedentes, pues era la primera mujer a la que se concedía este título. Una tradición inamovible había convertido el doctorado en prerrogativa del varón. Afortunadamente, este muro se fue resquebrajando hasta que el soplo potente del Espíritu logró derribarlo a los cinco años de la clausura del Concilio, el 27 de septiembre de 1970.