04/12/2021 | Javier Oñate
Oímos decir con frecuencia que se ha roto el proceso de transmisión de la fe. Sin embargo, lo que se ha interrumpido en realidad es esa comunicación por la que, hasta no hace mucho, los cristianos y la propia Iglesia ofrecían su experiencia creyente a quienes libremente se acercaban a ella. El reto de la transmisión de la fe permanece vigente, a la espera de que promovamos nuevas formas de proponerla. Se trata, en suma, de aprender de lo que vamos haciendo para hacerlo mejor