Ser mayor es una de esas vivencias extraordinarias que ponen a prueba la calidad de nuestra fe y hacen experimentar este período de vida como un “tiempo de salvación”. En vísperas de la I Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores (25 de julio), queremos recordar, admirar y agradecer el testimonio de esa multitud de hombres y mujeres, ya jubilados, que siguen haciendo presente y eficaz el mensaje del Evangelio, desde el silencio y el anonimato, para el bien de los demás