"Hace algunos años tuve el privilegio de desayunar con Francisco en Santa Marta. Era la primera vez que lo veía desde que había dejado de ser 'Bergoglio'. Me cuesta recordar los detalles de la conversación pero recuerdo con claridad que a cada momento volvía a formularme a mí mismo una pregunta: ¿Cómo hace para estar tan tranquilo?. Podía fácilmente intuir que lo esperaba un día lleno de delicadas decisiones y, sin embargo, él estaba ahí, preguntando sobre mi salud o mi familia".