En una sociedad viva, intensa y que busca respuestas, Dios sigue apareciendo y sosteniéndola. Los migrantes forman parte fundamental del hoy y de nuestro mundo. Nos guste o no, piden posicionamiento y lectura de fe de este momento histórico del que, una vez más, ellos son parte. ¿Qué puede decir nuestro Dios?