25/01/2019 | José Lorenzo
“Entraron hasta su alcoba, revisaron sus facturas y no encontraron más quebranto que el de un ánimo acosado. Pero el daño estaba hecho. Ganaron los chismosos, esos a los que Francisco denomina terroristas porque tiran la bomba a los demás y se van tranquilos. Como su querido De Lubac, Berzosa ya sabe que, a veces, los hijos de la Iglesia tienen que pasar por estas cruces”.