"No hay nada que mine más la buena convivencia, la amistad social, que la desconfianza. Y no hay nada que fomente más la desconfianza que faltar a la palabra dada, a la promesa realizada. Es inadmisible que un gobernante afirme rotundamente su propósito de pactar –o no hacerlo– con una formación y después haga lo contrario, sin pestañear".