“Lo que sorprende es de dónde habrá salido la teoría de la indignidad de la mano frente a la gran dignidad de la lengua humana. Será por aquello que se cantará en el Corpus del 'Pange, lingua, gloriosi, Córporis mystérium Sanguinísque pretiósi'. Pero esta alabanza de la lengua contrasta con la advertencia de que 'la boca habla de lo que está lleno el corazón' que encontramos en el evangelio”.