“Los hechos son la mejor respuesta a la combativa campaña de desprestigio que lanza el fuego amigo interno contra Francisco. Los que ahora usan la fe de la gente sencilla para generar tensión social contra las medidas preventivas adoptadas por el Papa frente a la emergencia sanitaria, son los mismos que han hecho este pulso durante este pontificado cuando no hace tanto hacían una fuerte llamada a la obediencia (hasta la sumisión)”.