“Está bien felicitarse en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por las instituciones que, desde motivaciones cristianas, acogen a las mujeres víctimas del maltrato o de la trata de personas… pero la teología no estará completa si no cala en todo el pueblo de Dios –y más si este contribuye a desenfocar el objetivo en las víctimas e intoxicar con argumentos de primero de silogismo–”.