“Habría que recordar las palabras de Francisco en su homilía del 1 de enero, cuando denunciaba que 'toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios'. O hace un año, cuando en el discurso al cuerpo diplomático, decía que 'ante el flagelo del abuso físico y psicológico causado a las mujeres, es urgente volver a encontrar formas de relaciones justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuos'”.