“Afirmaciones como que a lo mejor a las mujeres 'les gusta estar en la trastienda' han sido la gota que ha colmado el vaso en el fugaz ministerio episcopal del obispo auxiliar electo de Santiago de Chile Carlos Irarrázaval. Esta sensación puede haber calado tanto dentro como fuera de la Iglesia en forma de amable y anecdótico imaginario colectivo”.