“Han pasado 6 años del viaje del papa Francisco a Lampedusa. Seguiría también la visita a Lesbos o el encuentro con otros colectivos de refugiados con el Pontífice en otras partes del mundo. Aunque algunos conflictos se han ido mitigando o apagando, las actitudes de solidaridad han pasado a ser vistas con desconfianza e, incluso, criminalizadas como blanqueamiento de las mafias”.