"Contemplar esta realidad con todas sus aristas no impide una altura de miras que va más allá del compadreo de los políticos y de las autoridades o de la intoxicación propagandística de quienes tiran la piedra y esconden la mano mostrando una xenofobia que se encuentra en las antípodas del proyecto europeo. Difícil tarea esta en tiempos de nuevos populismos, de regionalismos aislacionistas y de compromisos circunscritos a efímeras pancartas o a románticas proclamas que se desvanecen a las 24 horas".