“No sé qué ruido mediático acompañará a este nuevo documento, pero la santidad es una meta apasionante que implica a todo el cristiano. Su moral, su vivencia de los sacramentos, su relación con Dios, su compromiso con el mundo, su implicación en la comunidad eclesial… dependen de que nos tomemos en serio este reto que Jesús nos lanza”.