Aparecida no fue una reunión de intelectuales, sino un momento de discernimiento eclesial, reflexivo y crítico sobre la experiencia de una Iglesia que vive la fe de manera encarnada.
"Esta penosa situación donde se mezclan traiciones, mentiras, acusaciones, teorías de dudosa cientificidad, conspiracionismo y grupos integristas, ha generado un gran desconcierto"