"Abraham era judío y es nuestro padre en la fe, los judíos son nuestros hermanos mayores y nos han heredado la enseñanza más importante: ama a tu prójimo como a ti mismo y el ejercicio de la misericordia"
"Mágicamente creemos que durante el nuevo año seremos buenos, que las cosas feas que pasaron cuando bajó la persiana del 2018, acabarán. En fin, que la vida será bella. Eso en el fondo se llama esperanza, pero cuando se olvida de los contextos y de que somos las mismas personas de 2018, 2017 y demás años anteriores, podría llamarse falsa ilusión".
No hace falta decir que hay muchos hermanos nuestros que, al modo de María y José y sin necesidad de un embarazo están pasando una Noche Mala
“No tengo lugar en mi casa, pero en el alero donde duermen los animales podemos hacer un lugar”. Esta mujer se involucra, empatiza con la situación, no se lava las manos y estira el alero de su casa para que puedan entrar María y José.
"La juventud puede estar más adelantada que los pastores y el resto de la Iglesia; no por rebeldes, sino porque esa es su misión, por la energía y los deseos que los definen"
Una reflexión sobre los tres alimentos que no podemos dejar de consumir para mantenernos vivos y sanos. Ellos son los que comúnmente llamamos alimentos, los afectos y el oxígeno que tomamos del aire.
“¿Para qué quiero vivir? ¿En qué quiero gastar mi vida? ¿A quién quiero entregar mi vida? Interrogantes que definen la vida para siempre. La respuesta implica compromiso y fidelidad, porque es un llamado a salir del confort, a seguir la voluntad de Dios”.
"La ternura es desarmada y desarmante: un bebé, la sonrisa de un anciano por sí mismos causan ternura, no necesita argumentos ni manuales, simplemente está y no ataca y por eso es desarmante; es difícil no rendirse a sus manifestaciones. Salvo que seamos analfabetos afectivos".
“La consigna es disfrutar el presente, alimentar la autoreferencia, invisibilizar lo que mueve la conciencia y considerar al prójimo solo en la medida que sirva a mis proyectos mezquinos y exitistas”
"Considero que el gran desafío de la catequesis es tomar conciencia de la primacía de la familia en el anuncio, de la vocación natural a transmitir la vida de fe desde la sencillez de rezar cada día, de bendecir la mesa, de vivir el amor al prójimo. Es aquí donde se hace indeleble el sello del amor de Dios y la mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos".