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Trinidad Ried

Trinidad Ried

Para no olvidar: uno propone y Dios dispone

En el fondo, Dios, con la madre naturaleza, nos está dando vuelta a las estructuras para que seamos conscientes que somos seres espirituales, sus hijos amados, y que debemos ordenarnos por el amor y no por el temor.

Atada (IV): vejez temporal

Ser auténtica y coherente con mis necesidades me da permiso para ser feliz con toda mi fragilidad y ambigüedad. Despojarme de la juventud y aceptar mi edad, sin máscaras ni mentiras, me ha espantado a ratos la soledad mordiente.

Pedro y Judas en la cárcel de Santiago

En la cárcel, acompañando a condenados por abusos sexuales, he sido testigo del cambio interior en hombres que han cometido delitos, pero que se comportan con una humanidad, un delicadeza y un ternura casi maternales
Catequesis de la JMJ de Cracovia 2016

Redescubriendo la fe en los jóvenes de hoy

Yo creo que nuestros hijos jamás van a tener la fe que nosotros tuvimos. Es una afirmación fuerte, pero considero que es una oportunidad más que una tragedia.

Atada (III): resistir la picazón

La picazón del alma es difícil de ser contenida o consolada y, las más de las veces, se vive en profunda desolación y te aíslas de los demás.

La encarnación del Espíritu Santo

Si nos observarnos como humanidad, sociedad e Iglesia, quizás estamos mucho más cerca de una Torre de Babel, inundada de luchas de poder, incomunicación, conflictos, desconfianza, individualismo y guerras, que de un Cenáculo donde todos hablamos la misma lengua del amor.

Atada (II): empatía de la A la Z

A veces nos cuidamos como si el mismo Dios nos habilitara, “Tú en mí y yo en Ti”, pero también sucumbimos al demonio interior que nos flagela, haciéndonos sentir una carga, inútiles y culpables de lo que nos pasó.

Atada (I)

El que otros me cuiden es un idioma que no sé hablar y, entre balbuceos y ensayos, voy aprendiendo a dejarme amar, pero me siento torpe, inexperta en recibir sin dar.
Imagen de archivo de varias personas con teléfonos móvil y el logo de Twitter al fondo/Archivo VN

La intimidad como espectáculo

Las redes no solo son un espectáculo de intimidad, sino también un circo romano donde la agresión y la descalificación se hacen presentes sin ningún filtro de compasión ni humanidad.

La vida: la primera, la última y la única

Si cada mañana nos despertamos como los niños en Navidad, con el asombro cosido a la mente, con la ilusión bordada en el alma y con el entusiasmo pegado en el cuerpo, seguramente cada encuentro y vivencia que tengamos vamos a experimentarla con gozo.